Tras el estallido social, para algunos con justa razón «delincuencial», nuestra Cooperativa decidió apoyar más que nunca a Carabineros de Chile. Entre esas acciones, junto a la entrega de bebidas isotónicas o cajas con mercadería a diversas unidades de la Región Metropolitana, destacaron dos encuentros de respaldo a la Institución realizados en el frontis del Hospital Simón Bolívar.
En el primero de ellos, nuestra motivación, decisión y rapidez por convocar a las personas, nos llevó a descuidar un aspecto básico. Teníamos claro que una parte central de la actividad consistiría en la entonación del Himno «Orden y Patria», pero al llegar al lugar nos percatamos que habíamos olvidado parlantes y equipos para que éste se escuchara con la fuerza que merecía la ocasión.
Mientras se desarrollaba la reunión, con la asistencia de casi cien personas, pensábamos en cómo solucionaríamos este inconveniente. Por último, dijimos, lo cantamos a viva voz, «a capela», con la fuerza de nuestras gargantas y la convicción de las ideas. En eso estábamos cuando a distancia de una cuadra, divisamos a un joven de gorro verde quien, en compañía de su madre, caminaba en dirección a nosotros con un parlante móvil y un clarinete cruzado en bandolera.
«¿Aquí es la actividad de apoyo a Carabineros?», preguntó tímidamente. Sí, respondimos al unísono quienes estábamos a cargo de ella. «Mi nombre es Víctor -prosiguió- y ella es mi mamá Raquel. ¿Es posible que pueda tocar el himno?» Nos miramos incrédulos y de reojo observamos el cielo, pues un ángel había caído en plena calle Antonio Varas y en el momento más oportuno.
Ese día cumplimos con todo lo que nos habíamos planteado. Dimos nuestro espaldarazo a Carabineros de Chile, hablamos pública y fuertemente sobre el trato injustificado hacia su hombres y mujeres, sobre la falta de respaldo del ejecutivo, felicitamos y abrazamos al personal de guardia del Hospital y cantamos como «Dios manda» el «Orden y Patria».
Desde entonces, Víctor Manuel Escobar Faúndez se ha convertido en un miembro más de nuestra familia TaurusCar. Su disposición y deseos de ayudar a Carabineros lo han llevado a ser un activo seguidor de nuestras redes sociales, siempre entregando palabras de ánimo y cariño. Cabe mencionar que esta función también la cumple a través de dos grupos de apoyo a la Institución en Facebook, que administra y mantiene actualizados permanentemente.
Es tanta su admiración por Carabineros y las Fuerzas Armadas, que hace años se convirtió en coleccionista oficial de símbolos y distintivos, lo que fue formalizado a través de una carta enviada al propio Comandante en Jefe de la época y ex Presidente, Augusto Pinochet Ugarte.
Su mayor deseo hubiese sido integrar el Orfeón Nacional de Carabineros, agrupación musical de la que su padre, Suboficial en retiro, fue miembro activo hasta su alejamiento de las filas en 1975; precisamente el año en que Víctor nació un 04 de febrero. Sin embargo este deseo se vio frustrado debido a una situación de discapacidad que lo afecta, pero que sin duda alguna, no disminuyen sus ganas de sonreírle a la vida y hacer amigos… y de salir adelante, pues tiene un permiso extendido por el Ministerio de Transporte que le permite tocar su clarinete en las micros. Pero también se las «rebusca» para llevar su música a cumpleaños y celebraciones de colegios y jardines infantiles, actividades con las cuales ayuda a costear los gastos de su hogar que actualmente comparte con su mamá Raquel, incondicional compañera de viaje que lo ha protegido y llevado de la mano por 46 años.
Víctor es un hombre sencillo, generoso e ingenuo. Su alma de niño sabe distinguir lo bueno de lo malo, aquello que lo representa y, por el contrario, lo que le produce molestia o miedo. Siempre se ha sentido identificado con Carabineros; para él sus integrantes son «héroes que merecen todo el respeto del mundo». Víctor es un músico de oficio pero un Carabinero de corazón…y vibra con la oportunidad de poder aportar siempre con un «granito de arena» a la causa de mejorar su imagen y la opinión de la ciudadanía. Es por ello que discretamente nos pide «informar» que si una unidad policial lo llama para matizar un acto o reunión, acudiría sin problemas; «sería un honor y un gran y hermosos compromiso», aclara.
Al cumplirse 94 años de vida de Carabineros, no quiere dejar pasar la oportunidad de enviarle un mensaje a todos sus «amigos» de verde uniforme. «Aunque estén con problemas no deben caer; siempre se deben levantar y tirar para arriba. Somos muchos los que los queremos. Que cumplan muchos años más», señala con fuerza y convicción.
Nos despedimos de Víctor confiados en que la amistad con TaurusCar se fortalecerá cada día más; seguros que la vida nos otorgará la oportunidad de continuar apoyando a la Institución. Nosotros con un servicio de excelencia a los socios y él, con su afinado clarinete, llevando paz a la convulsionada y a veces incomprendida labor de los Carabineros de Chile.
Elizabeth Pizarro -
Hermosa institución carabineros de Chile que orgullo tenerlo en nues5i país un saludos a todos los carabineros ,damas y varones k forman está dichosa entidad solo pedirle a Dios k siempre los cuide y protejas mil bendiciones a todos